Los cuadros que hoy vemos en el Salón de Plenos comenzaron a decorar el mismo a partir de 1902, fecha en la que concluyó una remodelación de la Casa Consistorial para adecuarla a sus funciones administrativas (el Ayuntamiento había comprado esta casa en 1892 para destinarla a Casa Consistorial).
Podremos observar las siguientes pinturas:
-Retrato de Iparragirre (1878). Realizado por Antonio María Lekuona a Iparragirre bajo la condición de que este cuadro quedase en la villa que le vio nacer.
-Retrato de José Vicente Labeaga (1888). Acaudalado comerciante, fundador de las Escuelas Labeaga. Este retrato de 1888 es copia de otro realizado en 1870 en honor al fundador; con el segundo el Ayuntamiento quería rendir homenaje a este benefactor colocando su cuadro en la Casa Consistorial. Lo realizó el pintor riojano Arturo del Campo.[...]
-Retrato de Gaspar de Jauregi (1891). Ilustre militar que combatió en la Guerra de la independencia, en la Primera Guerra Carlista y llegó a ser Brigadier General. El cuadro fue pintado por Enrique Doñati.
-Juan I Jura los fueros de Villarreal.
-Retrato de Tomás de Ipeñarrieta e Idiaquez.
-Retrato del Barón Juan Carlos de Areizaga.
-Trilogía. 1905. Estos cuadros fueron encargados por el Ayuntamiento a Sabino de Iceta.
-Retrato de Zenón Aranburu Urkiola. Religioso jesuita. Estuvo evangelizando en China durante 35 años. Declarado en 1953 hijo predilecto de la villa, el cuadro lo realizó el zumarratarra Félix Vaqueriza en 1975.
-Retrato del Cardenal Necolalde. Hijo de Urretxu que ha pasado a la posteridad porque en 1674, desde su destino en tierras valencianas, donó unas reliquias, unos huesos de Santa Anastasia, mártir de Játiva, a su pueblo natal de Urretxu. A partir de aquel momento comenzaron a celebrarse fiestas por tal acontecimiento y con el tiempo llegaron a eclipsar a las tradicionales fiestas en honor del patrón del pueblo, San Martín. Hoy en día las fiestas en honor a Santa Anastasia son las fiestas patronales de Urretxu.
Además de todos estos cuadros, en una sala adjunta al Salón de Plenos tenemos las copias de dos retratos realizados por Velázquez: los de Don Diego Corral de Arellano y Doña Antonia de Ipeñarrieta y Galdós. Las copias las hizo Antonio Barón Calzado, copista oficial del Museo del Prado, y los originales se pueden ver en el Museo de Madrid. El padre de doña Antonia, Cristóbal de Ipeñarrieta, era contador mayor de Felipe III y vivía con su familia en la corte. Parece ser que la esbeltez y altura de doña Antonia, dama de honor de la reina Isabel de Borbón, esposa del rey, llamaron la atención de Velázquez, quien retrató a Doña Antonia y a su marido.