🔊 El domingo, 3 de mayo de 1580, se produjo en Mirandaola el suceso que años más tarde fue considerado El milagro de la Santa Cruz. Tanto se trabajaba en Legazpi que los ferrones lo hacían hasta los domingos. Aquel día, tras emplearse durante toda la jornada, sólo obtuvieron una pequeña pieza de hierro en forma de cruz de 12 libras de peso, lo que fue interpretado como un castigo divino por haber trabajado en día festivo. Desde entonces, las fiestas de Legazpi se celebran en torno a ese 3 de mayo, festividad de la Santa Cruz, y el Día de Mirandaola, que se celebra todos los años el domingo siguiente al 4 de mayo.

La relación con el hierro ha persistido en la comarca y poco a poco, junto a sus primeras industrias como la de los caseríos lagar o las del mimbre o la madera,  el hierro, ha provocado la mayor transformación de la comarca. En el siglo XX, grandes fábricas, como Patricio Echeverria u Orbegozo, así como un incremento demográfico sin precedentes como consecuencia de una fuerte inmigración, han condicionado la estructura urbana, social y económica de la comarca.

En la actualidad tanto la industria como el sector servicios son la base económica de  la comarca.

🔊 Urola Garaia es una comarca con una marcada condición industrial muy vinculada al hierro, pero a la vez, ha convivido siempre con un talante rural. Es una comarca fuertemente conectada a la naturaleza y con una estética de montaña.

Esta estética marca el carácter de Urola Garaia, un carácter ecléctico, dinámico y abierto al exterior, que ha recibido a miles de trabajador@s llegados de otros puntos.

Urola Garaia es laboriosa y abierta, industrial y rural ya que no ha renunciado nunca a su tradición y cultura, y también sus caseríos se han sumado a la industrialización. Por eso hoy es una comarca con carácter y personalidad que ha demostrado, y sigue demostrando, su capacidad y espíritu progresivo.

🔊 El 15 de agosto de 1864, la reina de la corte española Isabel II presidió el viaje inaugural de la que se empezó a denominar línea imperial, que llevó a los viajeros de Madrid hasta San Sebastián. El tren después de atravesar el trazado de túneles entre Altsasu y Brinkola, hizo sus pertinentes paradas en las estaciones de Urola Garaia, así como en el Puente de Ormaiztegi, obra de especial relevancia para la época.

En ese mismo tren de la Compañía del Norte llegarían a mediados del siglo xx los/las trabajadoras que se incorporarían a las grandes fábricas de la comarca tales como Orbegozo o Patricio Echeverría.

En Zumarraga convergían además de la línea de la Compañía del Norte, la del Ferrocarril de Maltzaga a Zumarraga, inaugurado en 1.889. y el Ferrocarril del Urola (1.926), lo que convirtió a Urola Garaia en el Cruce de Caminos de Hierro de Gipuzkoa. Cada una de las Compañías ferroviarias construyó su propia estación, las tres muy próximas, en el que hoy en día con mucha propiedad, se llama el barrio de las estaciones.

La actividad de las estaciones de Zumárraga era incesante: transbordos de vagón a vagón de todo tipo de mercancías o la llegada de gente que procedía de la meseta y que mientras esperaban para efectuar transbordo con destino a otras localidades como Bergara, Eibar o Azpeitia, eran abordados en los andenes por los encargados de las fábricas de Orbegozo Madaya y otras de la zona ofreciendo trabajo, que en aquella época era abundante.

El ferrocarril, aunque tradicionalmente nuestras villas ya eran cruce de caminos, ya que por aquí pasaba el Camino real de Madrid a Francia, contribuyó a una transformación total de la estructura urbana, social y económica de la comarca. Hoy en día, Urola Garaia sigue siendo el lugar ideal para caminar y hacer bici en un entorno industrial rodeado de naturaleza.

🔊 Para que una industria funcione se necesita energía y materias primas, y en el caso de Urola Garaia sus montañas la han provisto de todo lo necesario para poder llevar a cabo la obtención y la transformación de hierro, actividad económica en la que se especializó. El mineral se la proporcionaban las montañas; y la energía, la fuerza del río Urola y el carbón vegetal de sus bosques.

Recorre nuestra comarca para entender nuestro carácter industrial entre montañas tanto paseando por los caminos de veneras o “peabideak” o disfrutando del paisaje de la comarca desde las alturas. También se recomienda caminar o recorrer en bicicleta la vía verde entre Urretxu y Legazpi (en euskera llamado bidegorri – vía roja-) para conocer un paisaje compartido (rural e industrial) que representa a Urola Garaia. Un paisaje de naves metalúrgicas, chimeneas y ferrocarril interrumpida intermitentemente por verdes prados, caseríos y montañas. Un paisaje especial, que todavía huele a hierro.